Larrún

Train of the La Rhune Mountain

No es por casualidad si Larrún –que culmina a 905 metros de altitud– es tan popular. La ruta puede durar entre 3h30 y 4h50 en función del itinerario, pero al llegar el resultado es el mismo: una panorámica excepcional de 360º. Si el cielo está despejado –el tiempo en la cima puede ser caprichoso– avistaréis el océano, la bahía de San Juan de Luz, el bosque de las Landas, las montañas vascas y, al sur, el Valle del Bidasoa. Esta ruta discurre por la frontera francoespañola.


El punto de partida más concurrido es sin duda el de Ascain. Aunque hay alternativas más íntimas. La ruta del lado oeste, desde el refugio de Olhette, es menos conocida y pasa por un cairn, o montículo de piedras, tan atípico como imponente. Otros accesos poco comunes son la vertiente sur, así como las rutas que salen del pueblo de Sara y el puerto de Lizuniaga. Disfruta de una marcha tranquila en medio de la fauna y la flora típicas de la región. Seguramente te cruces con algún pottok (ponis vascos), ovejas manech pelirrojas y buitres. Y para más autenticidad, también pasarás al lado de un cayolar, o aprisco tradicional.


El ascenso (o descenso) también puede hacerse en el mítico trenecito de Larrún: uno de los pocos trenes de cremallera en Francia. Se construyó en 1924 y conecta el Puerto de Saint-Ignace con la cumbre de la montaña: 4 kilómetros de largo y un desnivel de 736 metros. ¡Un viaje de 35 minutos de lo más bucólico!

Tanto en verano como en invierno, Irati te maravillará. Este gigantesco hayedo está acondicionado para el esquí de fondo y las excursiones en raqueta. Ideal para hacer rutas y descubrir la fauna y la flora locales. Retírate a una de sus cabañas de cuento para desconectar en la montaña.

Sola es la más pequeña de las 7 provincias vascas, pero no por ello menos hermosa. En un mismo día puedes visitar estos dos sitios, a 35 minutos en coche de distancia. Se trata de dos rutas fuera de lo común: un cañón profuso en vegetación muy divertido y ¡una puente colgante a 140 metros sobre el vacío!

En Labort se erige una montaña con una cumbre característica: los rocas forman un montículo que facilita su identificación. Otra panorámica fantástica de 360º entre el mar y la montaña. Y, si comienzas la ruta en la capilla de Aubépine, también podrás ver estelas discoidales tradicionales.