SARA

Sare in the Basque Country
Entre las callejuelas de este pueblo descubrirás el alma de la cultura vasca. Aquí lo tienen todo: arquitectura, gastronomía, danza tradicional, pelota, montañas, Atxuria (Peña Plata) y Larrún… ¡Y a tan solo 14 kilómetros de la costa! Este pueblo es ideal para vivir y visitar. Antiguamente había cuatro frontones para jugar a las diferentes modalidades de pelota vasca. El principal se encuentra frente al ayuntamiento, a dos pasos de la iglesia. Está abierto a todo el mundo, lo que permite socializar mientras los jugadores disputan una partida buscando, con su paleta, el rebote ganador. No podrás marcharte del País Vasco francés sin probar su famoso pastel vasco (gâteau basque), una delicia rellena de cereza negra o crema. En Sara, sin ir más lejos, le han hecho un museo. Además de visitarlo, también puedes participar en un taller y llevarte este pastel a casa. Una ruta medieval atraviesa el pueblo de norte a sur en dirección a España. Como particularidad, el pueblo cuenta con 14 oratorios, edificios de pequeñas dimensiones dedicados al culto de un santo. ¡Visítalos para un paseo de lo más bucólico! A la salida del pueblo se encuentran las Cuevas de Sara: dos grutas de dimensiones vertiginosas que han permanecido intactas desde hace 2 millones de años gracias a una formación geológica atípica. No olvides tampoco levantar la mirada a las copas de los árboles donde se han construido torres-cabañas, que se utilizan para para cazar a las palomas cuando migran.

Es fácil enamorarse de este entrañable pueblo florido, pues por algo es uno de los «Pueblos más bonitos de Francia». Su arquitectura es la típica del País Vasco: fachadas blancas con entramado de madera rojo. Sus habitantes te acogerán con espontaneidad. No te pierdas las estelas discoidales diseminadas en el cementerio: son algo característico de la región.

Este es otro de los «Pueblos más bonitos de Francia» y, como tal, tiene todo lo necesario para una visita memorable. Esta antigua bastida, como su nombre indica, alberga varios talleres de artesanos, un lavadero y el juego de palma más antiguo de Francia aún en funcionamiento, así como una iglesia rodeada por un claustro con losas funerarias en el suelo.

En este pueblo interior a los pies de las montañas experimentarás una inmersión total en la cultura y la tradición vascas. Última etapa francesa del Camino de Santiago, el pueblo suele estar frecuentado por peregrinos de todo el mundo en un ambiente apacible.