HENDAYA

Hendaye in the Basque Country

En la frontera con España, entre el mar y la montaña, a un lado la playa y al otro la urbe, Hendaya tiene múltiples caras. El día te dará para mucho. Empieza con el Sendero del Litoral en los acantilados, al norte de la ciudad, para disfrutar de una fantástica vista de las bahías de Figuier y de Hondarribia en España. Una vez en la cornisa, te adentrarás en el parque natural protegido del Domaine d’Abbadia. No dejes de visitar el extraordinario palacete neogótico de Antoine d’Abbadie. El edificio, que consta de un observatorio, fue construido en 1864 y su decoración refleja la excentricidad de su propietario.


Después dirígete a la Grande Plage y admira los dos imponentes peñascos en el mar, llamados «los dos gemelos» (Les deux jumeaux), una de las particularidades de Hendaya. Esta playa ofrece 3 kilómetros de puro disfrute ¡para bañarse o hacer surf! En el paseo paralelo a la playa, fíjate en la arquitectura neomudéjar del antiguo casino, que marca el inicio del GR10, una gran ruta que recorre los Pirineos de oeste a este.


La ciudad cuenta con una frondosa vegetación y una gran variedad de árboles: tamarix, palmeras, eucaliptos, mimosas, laureles.

 

Sigue después hacia el centro donde verás una arquitectura neovasca de principios del siglo XX, característica de la ciudad. Baja por el encantador Puerto de Caneta mirando a la Bahía de Txingudi y, al otro lado, España. Al subir de nuevo, pasa de frente a la casa del escritor Pierre Loti, de estilo neomudéjar.


Al caer la noche, ¡tapeo al otro lado de la frontera!

Esta localidad entre dos mundos, el mar y el pinar, se encuentra a medio camino entre Bayona y Biarritz. Ofrece infinidad de actividades deportivas: surf, golf, arborismo, bicicleta… ¡Y también cultura! No te pierdas la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo y el Teatro Quintaou, teatro nacional, ¡ni tampoco su gigantesco mercado de antigüedades!

Bayona es un auténtico concentrado de cultura vasca, lo tiene todo: arquitectura y casas con entramado de madera, gastronomía con el jamón y el chocolate, deporte con el rugby y la pelota, danzas tradicionales, fiestas —sí ¡las famosas Fiestas de Bayona! —, museos –Museo de Bellas Artes, Museo Vasco y Museo de Historia Natural… ¡Y tauromaquia en la plaza de toros!

En las inmediaciones de su mercado de abastos, una atmósfera relajada emana de bares y restaurantes que inunda hasta las aceras. En sus terrazas podrás probar las tapas y los platos tradicionales. Luego, a enfrentarse a los tubos de las 4 playas de este destino costero, antes de callejear para descubrir una arquitectura rica y variada.

Bidart exhala puro encanto, además de contar con un amplio abanico actividades: disfrutar del mar y del sol en una de sus 6 playas, dar un paseo por el Sendero del Litoral o contemplar el mar, la montaña y el atardecer desde las alturas. ¿Te gustaría aprender a jugar al golf? Pásate por el Centro de Entrenamiento Internacional de Ilbarritz.

Este es un sitio para gourmets —Museo del Chocolate y Fiesta del Pastel Vasco— con un rico patrimonio, como demuestra la Villa Arnaga, un antigua residencia de la talla de Cyrano de Bergerac ahora museo. Disfruta de la calma y la apacibilidad que reina en esta población de interior.

Un puerto pesquero con mucho encanto, una playa resguardada del oleaje, un centro peatonal con tiendas muy cucas, un jardín botánico en el acantilado de Archilua —situado en el Sendero del Litoral—, y bonitos monumentos… Estos son los tesoros de este famoso destino costero.