BIDART

Bidart in the Basque Country

A tan solo 6 kilómetros de Biarritz, Bidart ha sabido preservar su identidad y conservar su encanto de pueblecito costero. Es el pueblo más alto de la costa vasca. Al caer la noche, dirígete a la capilla Sainte-Madeleine y siéntate en el banco para contemplar las vistas de las montañas circundantes —Jaizkibel, las Peñas de Aya (conocidas aquí como «las Tres Coronas» o el «gendarme acostado»), o el pico Larrún. El sitio perfecto para contemplar el atardecer en el océano, ¡algo de lo que es imposible cansarse!


El municipio consta de seis playas de ambientes y paisajes singulares, de norte a sur: Ilbarritz, Pavillon Royal, Erregia, Centre, Uhabia y, por último, la playa de Parlementia.


La plaza del pueblo, rodeada de cafeterías y restaurantes, es un lugar muy agradable para comer o cenar. Allí mismo se encuentra el Ayuntamiento, la iglesia y, por supuesto, ¡el frontón! Quizás tengas la oportunidad de presenciar una partida de pelota vasca, un deporte que cuenta con gran afición en la región y que despierta un gran fervor a cualquiera que se aventura en él. Ambiente animado garantizado.


Rue Tarte: aquí se encuentra un lavadero directamente alimentado por el manantial Plazako Ithurria.
¿Te gusta el golf? No te pierdas el Golf de Ilbarritz, un centro de entrenamiento internacional con un driving range circular gigante único en Europa. El recorrido adyacente cuenta con 9 hoyos.


Bidart es además el punto de inicio del Sendero del Litoral que termina en España, en San Sebastián. Una ruta fácil para hacer en familia.

Esta localidad entre dos mundos, el mar y el pinar, se encuentra a medio camino entre Bayona y Biarritz. Ofrece infinidad de actividades deportivas: surf, golf, arborismo, bicicleta… ¡Y también cultura! No te pierdas la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo y el Teatro Quintaou, teatro nacional, ¡ni tampoco su gigantesco mercado de antigüedades!

Bayona es un auténtico concentrado de cultura vasca, lo tiene todo: arquitectura y casas con entramado de madera, gastronomía con el jamón y el chocolate, deporte con el rugby y la pelota, danzas tradicionales, fiestas —sí ¡las famosas Fiestas de Bayona! —, museos –Museo de Bellas Artes, Museo Vasco y Museo de Historia Natural… ¡Y tauromaquia en la plaza de toros!

En las inmediaciones de su mercado de abastos, una atmósfera relajada emana de bares y restaurantes que inunda hasta las aceras. En sus terrazas podrás probar las tapas y los platos tradicionales. Luego, a enfrentarse a los tubos de las 4 playas de este destino costero, antes de callejear para descubrir una arquitectura rica y variada.

Este es un sitio para gourmets —Museo del Chocolate y Fiesta del Pastel Vasco— con un rico patrimonio, como demuestra la Villa Arnaga, un antigua residencia de la talla de Cyrano de Bergerac ahora museo. Disfruta de la calma y la apacibilidad que reina en esta población de interior.

La ubicación de esta ciudad fronteriza, entre el mar y la montaña, permite planificar diferentes actividades en un mismo día: playa, paseo y tapeo por la noche. Desde la cornisa, las bahías forman un lienzo inolvidable. No dejes de fijarte en las rocas estratificadas de los acantilados.

Un puerto pesquero con mucho encanto, una playa resguardada del oleaje, un centro peatonal con tiendas muy cucas, un jardín botánico en el acantilado de Archilua —situado en el Sendero del Litoral—, y bonitos monumentos… Estos son los tesoros de este famoso destino costero.